Al fallecer por enfermedad el pasado 5 de mayo el Presidente musulmán de Nigeria, Umaru Yar’Adua, le sucedía legalmente en el cargo su Vicepresidente, el cristiano Goodluck Jonathan. Nigeria es un país joven, el más poblado de África, uno de los más ricos gracias a su producción de petróleo y también uno de los que han sufrido y sufren más problemas internos en clave de seguridad.

El que Yar’Adua no pudiera terminar su mandato ha alterado el acuerdo no escrito que permite que en el país se sucedan musulmanes y cristianos al frente de la Jefatura del Estado para evitar con ello que la difícil convivencia entre ambas comunidades lo sea aún más. Como ahora se acercan las elecciones, coincidiendo legislativas, presidenciales y regionales, y Jonathan quiere ser candidato ya hay un musulmán que ha manifestado su voluntad de querer continuar el ritmo en el que se estaba durante la presidencia anterior. Y con ello la tensión ya está servida, el Presidente actual no viaja por si la situación se deteriora y los tribunales tendrán la última palabra. El problema añadido es que la convivencia entre musulmanes y cristianos se deteriora rápidamente gracias al papel que desde hace años juega el islamismo radical en los estados federados septentrionales. Si ya en estos rincones del país había tradicionalmente problemas a la hora de tratar del Derecho a aplicar, con una tendencia nociva de sectores musulmanes a querer aplicar la Sharía o ley islámica por doquier, ahora con los yihadistas salafistas moviéndose por la zona a su gusto la convivencia se rompe. En julio de 2009 se produjeron terribles matanzas de cristianos en varios estados del norte, con más de 700 víctimas, y ahora, en marzo de 2010, menos de un año después, más de 500 cristianos eran asesinados en varias localidades del estado de Jos. El adalid de tanto radicalismo en una mezcla de secta y de grupo terrorista, cuyo nombre es ilustrativo de lo que contiene, Boko Haram, es decir, la educación occidental es impura, siendo haram lo contrario de halal, puro o apropiado en el Islam.

Las autoridades persiguieron con saña a los terroristas de Boko Haram tanto el año pasado como este. De hecho más de 700 presos del grupo estaban encerrados en una prisión del estado de Bauchi esperando juicio y el pasado 8 de septiembre eran liberados en una acción liderada por Boko Haram que provocaba cinco muertos y que, sobre todo, mostraba la determinación del grupo. Como además el norte de Nigeria tiene frontera con países del Sahel como Burkina Faso o Níger tenemos de qué preocuparnos pues el yihadismo nigeriano se encuentra de forma natural con el de Al Qaida en las Tierras del Magreb Islámico.

Y hablando de este grupo no está de más recordar que acaban de secuestrar a otros siete rehenes, cinco de ellos franceses, un togolés y un malgache. La maquinaria terrorista no descansa y tras obtener jugosos euros de España ahora busca lo mismo de Francia. Lo importante es mantenerse activos y doblegar a sus enemigos, diezmando a África y al resto del mundo con su barbarie.

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