LOADING

Type to search

A vueltas con Afganistán

GB Geo-Blog

A vueltas con Afganistán

Aunque la ofensiva de esta primavera en la ciudad de Marjah, en la atribulada provincia de Helmand, se presentó como el principio de un nuevo por lo determinado modus operandi en Afganistán, comenzamos hoy el verano con muchas dudas ante una determinación cada vez más desinflada. Precisamente el esfuerzo demostrado en los últimos días por diversos mandos militares para con sus declaraciones tranquilizar a las opiniones públicas sobre la evolución correcta de las operaciones en el teatro afgano nos llevan a algunos a incrementar nuestra incertidumbre. Y ello no es sólo porque la tan anunciada campaña de Kandahar, en junio, no se va a producir, o porque no nos parezca sensato haber anunciado antes de lanzar la ofensiva ahora incompleta e inconclusa que a mediados de 2011 se prevé el inicio del repliegue de las fuerzas estadounidenses, y con ellas de todas las demás, sino porque los signos de debilidad mostrados en las últimas semanas en la dimesión política y diplomática coincide, como no podía ser de otra manera, con mayor activismo del enemigo Talibán y con un balance muy negativo hecho público por la ONU anteayer día 19 de junio.

Durante la celebración en Kabul entre los días 2 y 4 de junio de la Loya Jirga de la Paz, largo tiempo anunciada por el Presidente Hamid Karzai, este renovó su oferta de negociación a los Talibán en medio de las explosiones de las granadas y morteros lanzados por estos contra el lugar de la reunión. Poco después, el 7 de junio en Madrid, era el Grupo Internacional de Apoyo a Afganistán y Pakistán, formado por una treintena de países, el otro foro también selecto en el que se renovaba la oferta negociadora enviada a quienes por activa y por pasiva ya han señalado que no quieren negociar. Para reforzar aún más sus argumentos los Talibán, esta vez los paquistaníes, que en sus abyectas ideas yihadistas salafistas poco difieren de sus hermanos afganos, y ello por mucho que las autoridades paquistaníes traten a unos y a otros de manera muy diferente, daban otra expresiva respuesta a las propuestas dialoguistas, entreguistas y claudicantes de las autoridades afganas y de sus valedores internacionales: una columna de cincuenta camiones cargados de víveres y otros pertrechos destinados a la ISAF eran destruidos en las afueras de Islamabad y ocho de sus conductores, todos paquistaníes, eran asesinados durante el ataque.

Es lamentable que tras tantos años de violencia y de sufrimiento provocado por los Talibán a uno y otro lado de la Línea Durand la evaluación de la amenaza y el diseño de estrategias sea tan pobre y contradictoria en la zona ya conocida como AfPak. Las autoridades paquistaníes sólo combaten a sus propios Talibán, quienes a título de ejemplo provocaban más de 70 muertos el 28 de mayo en Lahore en ataques a dos mezquitas consideradas por ellos heréticas, pero nada hacen contra los Talibán afganos o contra otros yihadistas también afganos como los clanes de Gulbuddin Hekmatyar o de Jalaluddin Haqani, bien asentados en suelo paquistaní, porque todos ellos no son sino instrumentos de su gran estrategia de contención contra la India. En lo que al régimen afgano respecta, exigir ahora a sus Talibán que acepten la Constitución y que se desvinculen de Al Qaida para poder acogerse a los programas de reconciliación es simple y llanamente una rendición ante un enemigo que, como hemos visto con algún ejemplo aunque hay muchos, rechaza de plano esta posibilidad. Por todo ello y porque la propia ONU acaba de inventariar más violencia y más radicalismo es importante asumir que más allá de las palabras tranquilizadoras que, sospechosamente, cada vez se pronuncian con más frecuencia, hay un escenario de incremento de la inseguridad que si no se corrige acabará extendiéndose no sólo por la región, donde cada vez es más preocupante, sino también por el resto del mundo. Precisamente como ocurriera va a hacer pronto una década, provocando entonces el inicio de una guerra que, en términos de responsabilidad, debería de planificarse mejor, con objetivos políticos sensatos y con los instrumentos militares necesarios.

Las opiniones expresadas en este blog son personales y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Global Brief o de la Glendon School of Public and International Affairs.

The opinions expressed in this blog are personal and do not necessarily reflect the views of Global Brief or the Glendon School of Public and International Affairs.

Categories:
Tags:

You Might Also Enjoy This in GB

Leave a Comment