LOADING

Type to search

El Fraude de la Impunidad

GB Geo-Blog

El Fraude de la Impunidad

A la sazón de los intentos de aplacar a Putin por parte de Trump cediéndole territorio ucraniano ocupado, varios observadores señalaron el parecido histórico con el infame Acuerdo de Múnich entre el Primer Ministro británico Chamberlain y Hitler. Chamberlain esperaba apaciguar al monstruoso régimen nazi y evitar una guerra abierta entre las democracias occidentales y el totalitarismo germano, ofreciéndoles los Sudetes checos. Todos sabemos lo que sucedió después. Winston Churchill lo resumió con claridad en su crítica a Chamberlain: “Se te dio a elegir entre la guerra y el deshonor. Elegiste el deshonor, y tendrás guerra.”

“Se te dio a elegir entre la guerra y el deshonor. Elegiste el deshonor, y tendrás guerra.”

Este episodio histórico viene a cuento por el golpe final que el gobierno se alista a asestar a la democracia mexicana de entre siglos. En nuestro caso, también hubo un momento de dramatismo en que los demócratas trataron de apaciguar el empuje autoritario, con la vana esperanza de que con ello se calmaría la situación. Me refiero al año de 2006, cuando López Obrador desafió a las instituciones, tomó Avenida Reforma como rehén y levantó falso testimonio al acusar a las autoridades electorales de un fraude que nunca demostró. En abierto desacato al orden constitucional, se autonombró presidente legítimo y jefe de un gobierno imaginario.

Este episodio histórico viene a cuento por el golpe final que el gobierno se alista a asestar a la democracia mexicana de entre siglos.

¿Cuál fue la respuesta de autoridades, observadores, y ciudadanía? Apapacharlo. Lejos de llevarlo ante la justicia por sus difamaciones y graves acciones, el medio político le premió con una reforma electoral a su medida, que imponía restricciones a los medios de comunicación, validando así la tesis obradorista de que éstos habían manipulado al electorado mediante una supuesta “guerra sucia”

Era el momento más crítico de nuestra democracia. El momento de salir a defenderla, al INE, a su presidente Luis Carlos Ugalde y, en última instancia, la libertad de expresión para denunciar a políticos que nos parecen peligrosos o ladrones. Salir a proteger la arquitectura legal e institucional construida tras casi veinte años de la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE) de 1977. Nada de esto sucedió. Muchos consintieron que López traicionara los términos de la contienda electoral y, en franca rebeldía, intentara forzar la anulación de los resultados con la presión de una turba. Algunos por miedo, otros por interés, muchos por ignorancia, y otros por fanatismo. Lo cierto es que, en su hora de mayor incertidumbre, la democracia mexicana fue abandonada a su suerte.

Era el momento más crítico de nuestra democracia. El momento de salir a defenderla, al INE.

Seis años después, nada cambió. López siguió recibiendo recursos públicos a través del PRD, que financió su gobierno imaginario, amén de recursos de origen desconocido (“la gente me apoya”) y de otros desvíos conocidos que sus allegados le hacían llegar en sobres amarillos. Llegamos a 2012, y usando las libertades que la democracia otorga, y forrado en dinero público y privado, volvió a ser candidato presidencial. Volvió a perder… y volvió a declarar fraude. Según él, el PRI compró cinco millones de votos. ¿Cómo, cuándo, dónde? Sepa la bola. Maldita coincidencia: su contrincante le aventajó con exactamente cinco millones de votos. Frente a estas acusaciones escandalosas, nada ocurrió. López se retiró a su finca, poco después abandonó al PRD y registró su propio partido, Morena, asegurando así el financiamiento de su campaña presidencial, que para entonces ya cumplía casi quince años.

Seis años después, nada cambió. López siguió recibiendo recursos públicos a través del PRD, que financió su gobierno imaginario

Finalmente, en 2018 ganó bajo las mismas reglas y árbitros con los que perdió en 2006 y 2012. No tuvo una sola palabra de agradecimiento al INE en su discurso de victoria; al contrario, años después afirmó que su partido ganó no gracias al INE, sino a pesar de él. Ya en el poder, intentó demoler al INE, encomendada la tarea a su ahijada política Claudia Sheinbaum, quien se apresta a cumplirla en 2025. Bajo el argumento de desterrar de una vez y para siempre los fraudes electorales, la reforma propuesta no es más que un burdo intento de someter al INE a la órbita de influencia del gobierno, rompiendo la autonomía que la transición democrática mexicana construyó cuidadosamente, culminando con la reforma definitiva de 1996.

¿Cómo llamarle a esta obra? ¿Quizá ‘Deshonor y Guerra’, como nos enseñó la historia?

Categories:
Tags:

You Might Also Enjoy This in GB