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El Batallón Colombia en la Guerra de Corea: memoria y compromiso histórico

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El Batallón Colombia en la Guerra de Corea: memoria y compromiso histórico

En 1951 Colombia fue el único país latinoamericano que envío tropas a la Guerra de Corea (1950-1953). El Batallón Colombia conformado por 5,062 hombres de las Fuerzas Armadas luchó bajo el mando de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y junto a los Estados Unidos de América para detener el avance del comunismo representado por las tropas de República Popular Democrática de Corea (o Corea del Norte), apoyadas por China y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Luego del Armisticio de Panmunjom firmado el 27 de julio de 1953, la Península de Corea quedo divida a la altura del paralelo 38 donde se estableció la línea fronteriza entre Corea del Norte, comunista, y la República de Corea (o Corea del Sur), capitalista.

En 1951 Colombia fue el único país latinoamericano que envío tropas a la Guerra de Corea (1950-1953) bajo el mando de la ONU y los Estados Unidos.

Luego de este conflicto bélico e ideológico, las dos Coreas quedaron devastadas. Casi cinco millones de personas murieron, miles fueron desplazadas o desaparecidas, y centenares de familias fueron separadas. Sin embargo, este conflicto que ocurrió en el marco de la Guerra Fría, continúa hasta nuestros días de una forma u otra. Las tensiones entre las dos Coreas han aumentado en los últimos años debido al estancamiento de las negociaciones de paz, recientes ataques de Corea del Norte, así como la realización de lanzamientos de prueba de nuevos misiles balísticos por ambas partes.

El conflicto coreano ocurrió en el marco de la Guerra Fría pero continúa hasta nuestros días de una forma u otra.

Setenta y un años después del inicio de la Guerra y como resultado de esfuerzos significativos de colaboración entre el Estado y el sector privado, Corea del Sur se ha convertido en una de las diez economías más grandes del mundo y es considerada por muchos un milagro económico. La influencia de este país a escala global es cada vez mayor. Inicialmente, su posicionamiento ocurrió a través del comercio, la inversión, el reconocimiento a icónicos conglomerados económicos (chaebols), y empresas como Samsung,  Hyundai, KIA, o LG entre muchas otras. Ahora, esta influencia o poder blando (soft power) se evidencía a través de la llamada Ola Coreana (Hallyu), un fenómeno cultural y político que ha cautivado a millones de personas alrededor del mundo. Esta ola incluye, pero no se limita, a la industria musical incluido el K-pop, la televisión, videojuegos, rutinas de belleza, y mucho más.

Setenta y un años después del inicio de la Guerra, Corea del Sur se ha convertido en una de las diez economías más grandes del mundo.

En el marco de la Ola Coreana, Latinoamérica en general y Colombia en particular están experimentando las diversas formas del expansionismo surcoreano. Todo ello anclado en el agradecimiento y reconocimiento del estado y el pueblo de Corea a Colombia y a los miembros del Batallón Colombia por el apoyo que brindaron durante la Guerra. Este evento se ha convertido por lo tanto, en un componente fundamental de la relación bilateral que la diferencía de otras en la región.

El Batallón Colombia se ha convertido en un componente fundamental de la relación bilateral entre Corea del Sur y Colombia.

¿Pero qué hay de Colombia? ¿Qué lecciones y experiencias dejó su participación en el conflicto coreano? Fueron varias. Primeramente la experiencia del Batallón Colombia influenció de manera directa la doctrina militar colombiana e impulsó procesos de modernización y profesionalización del Ejército y de la Armada. En segundo lugar, el Batallón Colombia ha sido el nombre utilizado para designar a un grupo de élite que hizo parte de la Fuerza Multinacional de Paz y Observadores de la ONU en el Canal de Suez durante la crisis de 1956. Actualmente y desde 1982, Colombia envía a miembros de este grupo a patrullar en el Sinaí como garantes de los acuerdos de paz entre Israel y Egipto.

La experiencia del Batallón Colombia influenció de manera directa la doctrina militar colombiana.

Desafortunadamente, más allá de los círculos militares, para la población general la participación de Colombia en la Guerra de Corea pasó desapercibido durante décadas. Incluso se le ha llamado “la Guerra Olvidada”. Como resultado, existe aún una deuda histórica con los hombres que participaron en ella y con sus familias, para muchos de los cuales el reconocimiento llegó de manera tardía, incluso póstuma.

Existe aún una deuda histórica con los hombres que participaron en la Guerra y con sus familias.

La forma en que el recuerdo de ese icónico momento en que la historia de los dos países converge ha impulsado acercamientos en otras áreas y el actual fortalecimiento de narrativas sobre la cooperación y el apoyo mutuo. En la actualidad, para Colombia y Corea del Sur, el reconocimiento y exaltación de este apoyo constituye una pieza fundamental para entender otras formas de cooperación bilateral en lo comercial, cultural, e incluso en el marco de la pandemia. Por ejemplo, el pasado mes de agosto, el Presidente de Colombia, Ivan Duque realizó una visita de Estado a Corea. Allí, fue acompañado no sólo de ministros, asesores, y empresarios sino también de veteranos de la Guerra con quienes asistió a múltiples eventos de reconocimiento y exaltación a estos hombres por su valentía, coraje, y los sacrificios que realizaron por el pueblo surcoreano en el momento más importante de su historia.

Para Colombia y Corea del Sur, el reconocimiento y exaltación de este apoyo constituye una pieza fundamental para entender otras formas de cooperación bilateral.

La relevancia y el valor de las narrativas alrededor de los lazos históricos, de la cooperación y el apoyo se hace cada vez más evidente. En particular, considerando el interés de Corea por convertirse en miembro asociado de la Alianza del Pacifico (AP) integrada por Chile, Colombia, Perú, y México. Colombia, país que ostenta la presidencia pro tempore de la AP ha expresado su apoyo a dicha iniciativa. México, la economía más grande del bloque, es el único país de la AP que no cuenta con un tratado de libre comercio con Corea. Por lo tanto, el ingreso de Corea a la AP cambiaría dicha situación. Sin embargo, el proceso de negociación no ha concluido y se ha dicho que sólo avanzará una vez terminen las actuales discusiones con Australia, Nueva Zelanda, y Canadá. En el caso de Singapur, las negociaciones concluyeron y se espera que la firma se realice durante la Cumbre de la AP que se llevará a cabo en Colombia durante el mes de diciembre.

La relevancia y el valor de las narrativas alrededor de los lazos históricos, de la cooperación y el apoyo se hace cada vez más evidente.

¿Veteranos mexicanos de la Guerra de Corea?

Nota al calce: durante setenta años Colombia fue reconocido como el único país latinoamericano que envió apoyo militar a la Guerra de Corea. Sin embargo, el 24 de abril de este año en el marco de la visita oficial a México del Primer Viceministro de Relaciones Exteriores de la República de Corea, el Sr. Choi Jong Kun, se estableció la Asociación de Veteranos Mexicanos de la Guerra de Corea. Esta iniciativa apoyada por las embajadas de ambos países tiene como objetivo reconocer la participación de mexicanos y mexicoamericanos en la Guerra bajo el comando y la bandera de los Estados Unidos. Esta labor de identificación resulta compleja considerando el tiempo que ha pasado, las dificultades para rastrearlos en los Estados Unidos, el fallecimiento de muchos veteranos, etc. Sin embargo, queda claro que reconocer el aporte de México y exaltar a los veteranos por su contribución se ha convertido en una iniciativa de la diplomacia de México hacia Corea del Sur y viceversa.

El 24 de abril de este año se estableció la Asociación de Veteranos Mexicanos de la Guerra de Corea con el objetivo de reconocer la participación de mexicanos y mexicoamericanos bajo la bandera de los Estados Unidos.

Cabe esperar que la exaltación y el reconocimiento, en muchos casos tardío y póstumo, a muchos veteranos continuará en gran medida debido al acercamiento entre Colombia, México y Corea del Sur. Adicionalmente, en el año 2022 se conmemorarán sesenta años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y Corea (26 de enero) y Colombia y Corea (10 de marzo). Más allá de la relevancia y el valor estratégico a nivel diplomático que tiene esta historia de cooperación, conservar la memoria y reconocer las experiencias individuales de los veteranos constituye un compromiso histórico para Colombia y México. Nuestra generación es la última que podrá ver con vida a estos valientes y diversos hombres que hace setenta años arriesgaron y entregaron sus vidas en la Península de Corea, dejando una huella imborrable que abrió el camino para la actual relevancia económica, política, y cultural de Corea del Sur alrededor del mundo. 

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