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Videoescándalos 2021

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Videoescándalos 2021

El pasado 8 de julio salió a la luz pública un video en que aparece un hermano del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) recibiendo dinero en efectivo de manos de un funcionario cercano al Partido Verde Ecologista de México (PVEM). En el video se escucha al primero decir que el monto recibido “Es para mi hermano.” No es el primer video en que aparece un familiar del presidente recibiendo dinero y, según reportes de prensa, no será el último. El episodio trajo a la memoria colectiva los eventos de hace 17 años cuando varios videos fueron filtrados mostrando a cercanos colaboradores del hoy presidente recibiendo sumas de dinero, presumiblemente para financiar las campañas electorales del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Entonces como hoy los adversarios de AMLO imaginaron que los videos le descarrilaban definitivamente de sus ambiciones políticas. Se equivocaron y se siguen equivocando. El impacto de los videoescándalos en la opinión pública se ha demostrado disparejo y en ocasiones incluso contraproducente para quien los filtra.

El impacto de los videoescándalos en la opinión pública se ha demostrado disparejo y en ocasiones incluso contraproducente para quien los filtra.

El primer gran videoescándalo que involucraba al entorno de AMLO sucedió en 2004. Varios barones del PRD fueron salpicados empezando por René Bejarano, entonces coordinador de la bancada del partido en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; Rosario Robles, presidenta del partido (2002-2003); y Carlos Ímaz, delegado en Tlalpan (2003-2004). Todo lo cual levantó una gran polvareda mediática, pero lo cierto es que el proyecto político de AMLO pervivió y su núcleo de colaboradores continuarían teniendo exitosas trayectorias en la administración pública. Un año después el tema estaba olvidado, habiendo sido reemplazado en la conversación pública por el proceso de desafuero de 2005 que enfrentó a las gobiernos federal y de la Ciudad de México. Finalmente, en las elecciones presidenciales de 2006 el PRD de la mano de AMLO lograría los mejores resultados electorales de su historia.

Todo lo cual levantó una gran polvareda mediática, pero lo cierto es que el proyecto político de AMLO pervivió y su núcleo de colaboradores continuarían teniendo exitosas trayectorias en la administración pública.

Digo lo anterior porque cierto sector de la oposición en México ha puesto desmedida atención a los nuevos videos que circulan. Ciertamente el material tiene alto potencial de escándalo. Se trata a fin de cuentas de los hermanos del presidente recibiendo bolsas de dinero de un funcionario allegado al cuestionado PVEM. En fin, que tiene todos los ingredientes para explotar como un escándalo de dinero negro en campañas políticas. En otras latitudes incluso quizá haría tambalear a un gobierno. La situación en México, sin embargo, es que el electorado no parece en estos momentos darle mayor importancia al tema. Desde el gobierno sugieren un par de razones para ello. La primera es el monto relativamente bajo de los recursos desviados y la sospecha de que los otros partidos también habrían recibido millones en financiación ilegal. Así lo escribió el presidente del partido oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Mario Delgado, en un tuit: “Es obsceno que quieran manchar al presidente por una donación de 150 mil pesos, cuando ellos recibieron millones y comprometieron la soberanía del pueblo con grandes empresas y empresarios”. La segunda es que el fin justificaría los medios como lo sugirió la esposa del presidente e historiadora, Beatriz Gutiérrez Muller, al señalar que la heroína de la Guerra de Independencia, Leona Vicario, “también dio dinero y no la grabaron. Me gustaría ver el video de cuando Leona Vicario daba dinero para que todos pudieran comer en los campamentos y lucháramos por la Independencia.”

El asunto tiene todos los ingredientes para explotar como un escándalo de dinero negro en campañas políticas. La situación en México, sin embargo, es que el electorado no parece en estos momentos darle mayor importancia al tema.

Cualquiera que sea el caso, lo cierto es que este material audiovisual con tan alto potencial de escándalo apenas está haciendo eco en el electorado. Aquí caben dos posibilidades que lo expliquen. La primera y ya señalada es que los mexicanos, por la razón que sea, no le dan mayor importancia al tema. La segunda es que la oposición pareciera que se anda con pies de plomo en este asunto pues ellos también tienen cola que les pisen. Enfrentar a un gobierno con filtraciones periodísticas es además arriesgarse a ser blanco de su formidable capacidad de espionaje político.

Este material audiovisual con tan alto potencial de escándalo apenas está haciendo eco en el electorado. La oposición por su parte se anda con pies de plomo pues ellos también tienes cola que les pisen.

Por todo ello, me temo, los videoescándalos de hoy serán mera anécdota mañana. Y en una de esas, incluso, el actual grupo en el poder los capitaliza al mostrarse como víctimas de un complot. Los videos que circulan de los hermanos de AMLO podrán subir el rating de los programas que los filtran, pero harán poca mella electoral al oficialismo por sí solos. La lección para la oposición, me parece, es que en esto no hay varitas mágicas para ganar votos. Nada puede sustituir el arduo trabajo de patear la calle para convencer a los votantes.

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