LOADING

Type to search

Sinergia CEPAL y Alianza del Pacífico

GB Geo-Blog

Sinergia CEPAL y Alianza del Pacífico

La actual crisis económica y social producto de la COVID-19 es una oportunidad para impulsar a América Latina hacia un cambio estructural de su sistema productivo, anclado mayoritariamente en industrias extractivas. En este contexto, la Alianza del Pacífico y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sugieren mecanismos para explorar oportunidades de colaboración intrarregionales en aras de alcanzar un paradigma de desarrollo sostenible.

La Alianza del Pacífico es una iniciativa de integración regional creada en 2011 por Chile, Colombia, México y Perú, con el objetivo de promover el crecimiento económico y la competitividad. Pero no son los únicos países involucrados: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, República Dominicana y Trinidad y Tobago poseen el estatus de miembros observadores. En el caso de Costa Rica, el país suscribió en febrero de 2014 la Declaración sobre el proceso de adhesión a la Alianza. Sin embargo, en el gobierno de Luis Guillermo Solís Rivera, perteneciente al Partido Acción Ciudadana (PAC), el país postergó el proceso aduciendo preocupaciones sobre los beneficios económicos y productivos, al punto de que el Gobierno actual del mandatario Carlos Alvarado Quesada, también del PAC, no muestra señales de retomar la adhesión. El tiempo parece indicar que la falta de decisión fue un desacierto: la economía costarricense enfrentó en 2018 una desaceleración económica que desembocó en una marcada contracción del PIB a consecuencia de la COVID-19. Se desaprovechó así la aplicación de una herramienta que permitiría reactivar la economía mediante la apertura de mercados para pequeñas y medianas empresas (PYMES), y mediante la aplicación de acuerdos de colaboración.

El avance de la Alianza del Pacífico en Costa Rica depende de la orientación política del gobierno de turno. No hay una visión de desarrollo a mediano y largo plazo.

La Alianza incorpora diálogos en materia de cooperación para el fortalecimiento de las políticas públicas, como la suscripción en diciembre de 2011 del memorando de entendimiento relativo al establecimiento de la “Plataforma de Cooperación del Pacífico.” El memorando establece que los países miembros impulsarán actividades de cooperación en áreas de trascendencia como medio ambiente y cambio climático; innovación, ciencia y tecnología; micro, pequeñas y medianas empresas; y desarrollo social. Y si bien la Alianza ha iniciado acciones en la dirección correcta tales como convenios de movilidad estudiantil y de voluntariado juvenil, así como la evaluación del consumo y la producción sostenibles en los países miembros, en la práctica aún queda mucho por hacer para lograr los objetivos de cooperación entre países.

Y en eso estábamos cuando llegó la pandemia, dificultando aún más el logro de estos objetivos. Dada esta dificultad, la Alianza del Pacífico podría voltear a ver las directrices que ofrece la CEPAL en busca de ideas.

En octubre de 2020, la CEPAL presentó el documento titulado “Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad,” el cual sugiere siete sectores impulsores de un nuevo modelo de desarrollo que tienen como común denominador la economía sostenible. Estos siete sectores serían: una nueva matriz energética, la electro-movilidad urbana, la revolución digital, la industria manufacturera de la salud, la bioeconomía, la economía circular y el turismo sostenible.

La Alianza del Pacífico podría voltear a ver las directrices que ofrece la CEPAL para lograr sus objetivos.

Más importante aún, en el abordaje de la pandemia, la CEPAL busca impulsar iniciativas de cooperación intrarregional. A la luz de la Alianza del Pacífico, esto podría observarse como el desarrollo de esfuerzos entre los estados miembros, y con miembros observadores y futuros miembros. El avance debe ser flexible y basarse en pautas generales, ante circunstancias volátiles y con un grado de incertidumbre superior al ordinario. Asimismo, como indicó la CEPAL, existen fuertes interrelaciones entre los sectores analizados, y las políticas deben ir más allá de las definiciones sectoriales tradicionales, para abarcar sistemas productivos más amplios y determinados por su dimensión tecnológica.

Las propuestas de cooperación conjunta en la Alianza representan un ejemplo para aumentar las habilidades de los países y hallar una ruta hacia la recuperación socioeconómica pospandemia. Sin embargo, los esfuerzos dentro de la Alianza per se corresponde a uno de los caminos disponibles, en un contexto en donde hay países de América Latina que se orientan hacia otro tipo de iniciativas, como el MERCOSUR o la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TPC). En este punto, resalta el rol de la CEPAL como centro de pensamiento de políticas para hacer frente a los retos del desarrollo latinoamericano, el cual sirve como un ancla conceptual y metodológica, independientemente del instrumento de integración regional que se recurra, llámese la Alianza del Pacífico u otros.

Finalmente, la oportunidad de ampliar el alcance de los proyectos de cooperación dentro de la Alianza del Pacífico puede depender del análisis de viabilidad presupuestaria y de prioridades de política de los gobiernos en turno. En este punto, la capacidad de diálogo entre países es una herramienta que en momentos como los actuales permitirá proponer enfoques dirigidos a la sostenibilidad de mediano y largo plazo.

Categories: